miércoles, 12 de noviembre de 2014
Invierno
Luis Hernández.
En esta época de viento recio,
donde me acarician voces clavadas
y la lluvia congela esta nostalgia,
no hago más que sentarme en el mango,
soplo un café y vivo memorias ligeras
de un ayer que apenas arde en la distancia.
En este invierno que tanto pesa
en el que las quebradas secas reviven
y yo camino sobre el mismo abismo…
me derribo incrustado aun en tú adiós.
En esta apretada rutina, en donde para cualquier
lado que observe veo el mismo traje, las mismas luces
y el mismo paraíso, me agoto y vivo a mitad.
En este espacio tan lleno de aullidos, y tan incompleto de mí,
no hago otra cosa que vivir de los recuerdos, beber de las caricias
de tus labios, que en mí quedaron.
Desfallezco plagado de ti, de tu ausente promesa,
me falta el suelo… me hallo vacío de mí y desbordado de ti.
En algún instante quedo mí reflejo,
que agradable fuera no haberme perdido
como ahora que quede a solas, contigo en mi memoria,
en un infinito silencio que aun te nombra.
Poco fuera lo que recuerdo, de no ser de mi torpeza,
tal vez parezca arrepentido, pero es que hoy
sueño con tenerla.
Tenerla a ella como en las mañanas, las tardes
y las noches. El suave ruido de su aliento,
y suave temblor de sus labios al besarme.
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