Luis Hernández
Permanente sigues,
como sigues en mi mente,
aún viva, todavía fuerte.
Imborrable quedaste,
en esta casa tan llena
de ti, de tú risa.
Al abrir la ventana
y al cerrarla, al abrir la puerta
y al cerrarla. Tu ausencia
sigue aquí, en esta casa tan llena
de ti, de tu amor, de tu mirada.
Aquí quedaste, en la mirada
mía, al pisar la alfombra que nombra
tu cuerpo, brillas como la noche de estrellas
y la luna te plasma a tu imagen.
Vives aquí pese a que, vivas allá.
viernes, 31 de octubre de 2014
martes, 28 de octubre de 2014
Poema XII
Luis Hernández
No diré que usted es mía, pero
si diré que me gustaría que lo fuera,
en conclusión me estaría entendiendo...
Si termino con decirle que no la quiero
para toda mi vida, estaría mintiendo.
Sin embargo sé que duda de mí,
de mí atrevimiento, y posiblemente
no me entienda, eso no lo sé
aunque si se atreviera a decir eso
que yo no dije, pero que si pretendo,
no dudaría ni por un segundo,
de lo que está aconteciendo
No diré que usted es mía, pero
si diré que me gustaría que lo fuera,
en conclusión me estaría entendiendo...
Si termino con decirle que no la quiero
para toda mi vida, estaría mintiendo.
Sin embargo sé que duda de mí,
de mí atrevimiento, y posiblemente
no me entienda, eso no lo sé
aunque si se atreviera a decir eso
que yo no dije, pero que si pretendo,
no dudaría ni por un segundo,
de lo que está aconteciendo
martes, 21 de octubre de 2014
Poema VII
Luis Hernández
Que insípida sonrisa
Que insípida sonrisa
que desmiente más
de lo que provoca
que aunque me mata
la conozco
que aunque me alegra
la detesto.
Pero aprendo a vivir
sin tenerla, sin sentirla
sin odiarla, sin amarla
me confunde y me traiciona
que si te veo, me detengo
que si no me desespero
puedo decir que no quiero
pero yo sé que te quiero.
Poema I -"Ojalá"
Luis Hernández
Ojalá se pierda todo
se esfume el
mar
de desdicha, de
agonía.
Llegue a su fin
la noche
de aquel adiós
que aún me toca.
Ojalá se acabe todo
lo que dejó el invierno
tus recuerdos, tú ausencia.
Ojalá se borre la huella
que dejó tú alma.
Que la brisa se
lleve tú olvido
y la mañana
vuelva nueva. lunes, 20 de octubre de 2014
"Voy a amarte sin amarte"
Luis Hernández
Voy a amarte sin decirlo
sin andar fantaseando
dejándome de plegarías
de la cursilería barata que poseo
sin estar comparándote con la luna
y sin ofrecerte cielos estrellados.
Voy a amarte con sencillez
conservando las palabras
así como aman los cansados
los que piden piedad.
Alejándome de la espera
acercándome al olvido.
Voy a amarte así
con noches de ausencias
con espontáneos momentos
sin la alegría de los días.
Voy a amarte sin amarte
como tú me amas.
Voy a amarte sin decirlo
sin andar fantaseando
dejándome de plegarías
de la cursilería barata que poseo
sin estar comparándote con la luna
y sin ofrecerte cielos estrellados.
Voy a amarte con sencillez
conservando las palabras
así como aman los cansados
los que piden piedad.
Alejándome de la espera
acercándome al olvido.
Voy a amarte así
con noches de ausencias
con espontáneos momentos
sin la alegría de los días.
Voy a amarte sin amarte
como tú me amas.
Poema III
Luis Hernández
No culpes a tu desabrida costumbre
no culpes la fragilidad de tu desobediencia
ni vagues con tu inocencia por calles de oscuridad.
No maltrates esos hombres con ese amor tan fugaz
no alteres tu mala fama, no confundas tu ansiedad
ni aniquiles con tus besos a quienes quieren amar.
No seas prisión de un esclavo, no le quites libertad
no te ates a las manos que señalan soledad
ni seas cobarde a la vida ocultando la verdad.
Poema IIII -“Mil besos”
Luis Hernández
Mil besos te regalo
Mil mares de alegría,
Veo tú nostalgia en vidrios
en pedazos veo tú andar
Cuanta angustia en ti
en ti cuanta agonía.
Para tú calma extinguida
para tus noches rígidas
Para tus amargas tardes
para tus mañanas desabridas.
Mil besos te regalo
Mil mares de alegría
Mil besos te regalo
Mil mares de alegría,
Veo tú nostalgia en vidrios
en pedazos veo tú andar
Cuanta angustia en ti
en ti cuanta agonía.
Para tú calma extinguida
para tus noches rígidas
Para tus amargas tardes
para tus mañanas desabridas.
Mil besos te regalo
Mil mares de alegría
poema V
Luis Hernández
Ayer no podía mirarte
fijamente como ahora
como ahora te miro
como ahora te amo.
Ahora no puedo olvidarte
como ayer, que no existías
dime ahora como te olvido
como dejo de mirarte
¡Dime! ¿cómo dejo de amarte?
Ayer no podía mirarte
fijamente como ahora
como ahora te miro
como ahora te amo.
Ahora no puedo olvidarte
como ayer, que no existías
dime ahora como te olvido
como dejo de mirarte
¡Dime! ¿cómo dejo de amarte?
Poema VI
Luis Hernández
No hagas de esta vida
un caos de deseos
si no calmarás mi sed
no me ansíes de ti.
De ti que recuerdo
el amor espontaneo
que ofrecías a mi ilusión,
cuanto más podré pedirte
que te vayas, y no vuelvas
que borres todo sabor,
que corras hacía otros besos,
sin retorno vete lejos
con ese afanado amor.
No hagas de esta vida
un caos de deseos
si no calmarás mi sed
no me ansíes de ti.
De ti que recuerdo
el amor espontaneo
que ofrecías a mi ilusión,
cuanto más podré pedirte
que te vayas, y no vuelvas
que borres todo sabor,
que corras hacía otros besos,
sin retorno vete lejos
con ese afanado amor.
jueves, 16 de octubre de 2014
"La vida es un riesgo"
Luis Hernández
Habita en mi
Habita en mi
lo que no busqué
nunca
pasó por mí y allí
quedo.
Sobrevivo, me
resbalo
caigo, me levanto
lloro, sonrío, me
alegro.
Feliz, aunque sea
un instante
aunque se esfume, y
me olvide.
Con intención de
construir
parirme, avanzar y
reconstruir.
enamorado, como
muchos,
¡claro! es
ineludible y arriesgado
hay que correr el
riesgo, el amor es eso.
Hay que vivirse
maravillarse,
escaparse
no arrepentirse,
sin dejar dudas
sin importar cuanto
pese
eso que se
encuentra
o nos encuentra
se tiene que
vivir... miércoles, 15 de octubre de 2014
—Dice un poeta.
Se derrumbó la esperanza
hasta aquí llego
no doy más, ni me exigiré.
me está acabando
menos me veo, desaparezco.
Ya me vacié, por dar más
por descuidarme, por quedarme
persiguiendo lo inalcanzable
mendigando alegría, sin quererme.
Tan cierto es esto
miedo a estar solo, ¡quizás!
pero no pertenezco, no me anhela
¿como resisto?, si no me llena.
hasta aquí llego
no doy más, ni me exigiré.
me está acabando
menos me veo, desaparezco.
Ya me vacié, por dar más
por descuidarme, por quedarme
persiguiendo lo inalcanzable
mendigando alegría, sin quererme.
Tan cierto es esto
miedo a estar solo, ¡quizás!
pero no pertenezco, no me anhela
¿como resisto?, si no me llena.
"tiene que gustarme"
Luis Hernández
Tiene que gustarme como vivo
tiene que gustarme lo que elijo
es inevitable lo que me gusta.
Enamorarme de los placeres
de las aventuras que construyen muros
de recuerdos que siempre se asomaran.
Tiene que gustarme lo que hago
lo que encuentro, y a donde voy
tiene que gustarme lo que soy...
cuando imagino, mi irrealidad
mi realidad, mis deseos.
Todo eso que posee alegría
que me invita a volar
que me hace crecer
que me incita a vivir
"tiene que gustarme"
Tiene que gustarme como vivo
tiene que gustarme lo que elijo
es inevitable lo que me gusta.
Enamorarme de los placeres
de las aventuras que construyen muros
de recuerdos que siempre se asomaran.
Tiene que gustarme lo que hago
lo que encuentro, y a donde voy
tiene que gustarme lo que soy...
cuando imagino, mi irrealidad
mi realidad, mis deseos.
Todo eso que posee alegría
que me invita a volar
que me hace crecer
que me incita a vivir
"tiene que gustarme"
lunes, 13 de octubre de 2014
—Dice un poeta
Se aferró al pasado y abrió paso a la nostalgia,
dejó la vida, se olvidó que existía.
Quizás para él los sueños ya no eran sueños,
y decidió perder la batalla al mirar que todo había escapado,
tal vez el tiempo iba rápido y para él era una carrera difícil de ganar.
Aunque fue olvidado en algún lugar del mundo, se olvidó de si mismo, pero pudo volver a encontrarse, pudo incluso dejar su semblanza, y dibujó una vez más todo aquello que una vez anheló tener.
dejó la vida, se olvidó que existía.
Quizás para él los sueños ya no eran sueños,
y decidió perder la batalla al mirar que todo había escapado,
tal vez el tiempo iba rápido y para él era una carrera difícil de ganar.
Aunque fue olvidado en algún lugar del mundo, se olvidó de si mismo, pero pudo volver a encontrarse, pudo incluso dejar su semblanza, y dibujó una vez más todo aquello que una vez anheló tener.
"ADIÓS"
Luis Hernández
Dime un adiós que me haga regresar
un adiós desobediente
que alivie la distancia
que calme la ausencia.
Dime un adiós que detenga el olvido
que no apague el sol
que acompañe mis noches.
Un adiós que quede en lo perdido
que se pierda en nuestros silencios
que al fin y al cabo decir adiós no es olvido
es solo un hasta luego.
Dime un adiós que me haga regresar
un adiós desobediente
que alivie la distancia
que calme la ausencia.
Dime un adiós que detenga el olvido
que no apague el sol
que acompañe mis noches.
Un adiós que quede en lo perdido
que se pierda en nuestros silencios
que al fin y al cabo decir adiós no es olvido
es solo un hasta luego.
“LO QUE FUISTE”
Luis Hernández
Fuiste esa lluvia repentina de verano que no vino para quedarse
fuiste el laberinto donde muchas veces me encontrabas, otras, me perdías completamente.
fuiste el último intento tormentoso por no querer despertar de un sueño
fuiste el adiós que pide a gritos un regresa
fuiste momentos felices transformados en nostalgia
fuiste el silencio acumulado de un amor atado por el miedo
fuiste los gritos al borde del abismo de una esperanza
fuiste la despedida insegura de alguien que no quería soltarte
fuiste los pretextos de un equivocado en momentos de apuros
fuiste el momento exacto convertido en un momento incomodo
fuiste el amargo dulce, el blanco negro, algo como feliz triste
fuiste él ¡te amo! que pudo salvar el mundo de un enamorado
fuiste la historia borrada, echada al olvido.
De hecho fuiste más.
fuiste la noche fría y el día soleado de mi rutina
fuiste el a donde vamos de mis domingos simples
fuiste la sonrisa oportuna de una tarde amarga
fuiste el aliento en los días de resaca
fuiste el regalo más grande ese que aún conservo
fuiste el beso mal dado ese que dio tranquilidad a un desesperado
fuiste el detalle que llego en un momento de ira
fuiste la calma de un tímido en la multitud
fuiste la ansiedad de mi necesidad convertida en felicidad
fuiste ese minuto donde un corazón vacío quiso detenerse.
Fuiste y siempre serás lo que fuiste
el amor de mi vida.
Fuiste esa lluvia repentina de verano que no vino para quedarse
fuiste el laberinto donde muchas veces me encontrabas, otras, me perdías completamente.
fuiste el último intento tormentoso por no querer despertar de un sueño
fuiste el adiós que pide a gritos un regresa
fuiste momentos felices transformados en nostalgia
fuiste el silencio acumulado de un amor atado por el miedo
fuiste los gritos al borde del abismo de una esperanza
fuiste la despedida insegura de alguien que no quería soltarte
fuiste los pretextos de un equivocado en momentos de apuros
fuiste el momento exacto convertido en un momento incomodo
fuiste el amargo dulce, el blanco negro, algo como feliz triste
fuiste él ¡te amo! que pudo salvar el mundo de un enamorado
fuiste la historia borrada, echada al olvido.
De hecho fuiste más.
fuiste la noche fría y el día soleado de mi rutina
fuiste el a donde vamos de mis domingos simples
fuiste la sonrisa oportuna de una tarde amarga
fuiste el aliento en los días de resaca
fuiste el regalo más grande ese que aún conservo
fuiste el beso mal dado ese que dio tranquilidad a un desesperado
fuiste el detalle que llego en un momento de ira
fuiste la calma de un tímido en la multitud
fuiste la ansiedad de mi necesidad convertida en felicidad
fuiste ese minuto donde un corazón vacío quiso detenerse.
Fuiste y siempre serás lo que fuiste
el amor de mi vida.
Ojalá
Luis Hernández
Ojalá y se pierda todo
se esfume el mar
de desdicha, de agonía.
Llegue a su fin la noche
de aquel adiós que aún me toca.
Ojalá se acabe todo
lo que dejó el invierno
tus recuerdos, tú ausencia.
Ojalá se borre la huella
que dejó tú alma.
Que la brisa se lleve tú olvido
y la mañana vuelva nueva.
Ojalá y se pierda todo
se esfume el mar
de desdicha, de agonía.
Llegue a su fin la noche
de aquel adiós que aún me toca.
Ojalá se acabe todo
lo que dejó el invierno
tus recuerdos, tú ausencia.
Ojalá se borre la huella
que dejó tú alma.
Que la brisa se lleve tú olvido
y la mañana vuelva nueva.
Ella
Luis Hernández - Graciela.
Prometo no tocarte, le decía desde el otro lado del teléfono.
Ella caminó hasta el dormitorio, se acostó suavemente entre las sábanas perfumadas de deseo, Cerro los ojos, su cabello largo enredado entre los pecho, la luna iluminaba la habitación como dejando ver solo una silueta recostada con los pies entrelazados.
El calor subía lentamente, la sangre corría desde sus piernas contorneadas de excitación.
Esa sensación de aventura de intimidad, el calor que sentía en sus mejillas se transportaba acelerando el corazón cada vez más a la espera sutil que tomen sus perfumes, esos que nunca llegará a oler, privilegios de valerosos hombres cautivos de alientos exóticos.
Sus piernas dobladas, sus rodillas se deslizan entre la cama vacía.
En el sueño goza la sensación de llegar al punto extremo de placer, la lengua sedienta, su pecho agitado, los muslos se retuercen, mueve la cabeza de lado y se despierta,
un golpe en la puerta la devuelve a aquella realidad.
Camina hacia la entrada y estaba él, con su promesa en la boca...
"Es como no vivir"
Con todo esto es como no vivir
estando en una ligera alegría
y luego en una espesa tristeza.
Como caminar sin dirección
con amores que me suavizan
y heridas que aún no sanan.
Es el pequeño rose de una ilusión
por el que me inclino a la espera.
Pero no termino nunca por concluir
si soltar y volar a otros horizontes
o quedarme acostumbrado a esta igualdad
a una misma cosa, al mismo sol, al mismo silencio.
estancado en la misma incertidumbre
necesitando siempre de lo mismo
de amores que me alivien
y heridas que me transformen en noche
en noches de ausencias, de delirios
de inquietud, noches que me desordenan la vida.
Con todo esto no es como vivir
es mas bien otra cosa, que se yo!
vivir de amores y de heridas,
vivir de heridas y de amores.
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