lunes, 20 de abril de 2015

Abril no podía faltar...

Pero una de esas lágrimas de abril lleva mi nombre, como un estruendoso sonido que te hace sombra, como un lago silencioso que te inquieta. Sin embargo, todos los pedazos que te llevan a la noche, llevan algo de mí que te llevan a la luz... por eso no quiero marcharme sin primero decirte que regresaré, desconozco cuando, pero vendré... aunque tenga que cruzar el puente que cuelga tenebroso, y si no puedo regresar si al caso llega, ve a buscarme. Allí donde siempre has estado, arropada con mis brazos. Aun así no quiero que me veas como tu única vida, porque quiero que estés alegre aun si llegamos a estar lejos. Te quiero.

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