Tú tienes una forma, te hablan de algo extraordinario y no lo percibes. Contigo los riesgos no merecen la pena; de ti no emergen sino miedos. Contigo el tiempo es tan vertiginoso como el invierno, y los huracanes parecen venir de ti como si se les acabase el mar. Eres cuestión de tiempo, y eso es prácticamente nada, te comparas con una estrella pero eso es simplemente descender del cielo. Te he visto lela mirando el acceso hacia alguna parte, pero no entregándote al sol cuando este se estaca en las cumbres, no te he visto muriéndote por la vida y la felicidad. Y ya basta de decir que estás bien si el desespero te empuja la risa hacia adentro, ya basta de esas horas pensando en mañana, en nosotros, en la casa, en los inmuebles y las tarjetas de ahorro. Ya basta de propósitos para existir. Y si tienes un maravilloso Adiós en el alma; ese soy yo.
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